lunes, diciembre 31, 2012

EL PRIMER RECUERDO


No pensaba, sólo había sido atraída hacia allí.
            La luz del patio se escurría por la ventana de la cocina y desde allí alcanzaba a iluminar a las dos, que en penumbras, regalaban un cuadro eterno a mi memoria.
Mi madre, sentada en la cama con mi hermana recién nacida en brazos le daba de sus pechos, su alimento. Sostenía la mirada de la bebé con esa dulzura que yo tanto conocía. Me detuve en silencio y sólo contemplé. Un instante de comunión con la vida.
El atardecer cambiaba tenuemente la luz de la imagen. Los pájaros ya volvían a sus nidos… jamás, jamás lo olvidaré.
            Y en el recuerdo, ese instante feliz me alimenta el alma. 
            Cada vez que la tristeza me toca esa vivencia me alimenta y la felicidad cura las heridas. El amor es así.
           
En esa edad en la que la memoria atrapa todo lo vivo, con una profundidad que se va desenvolviendo en la conciencia a través de los años y esa forma de mirar que luego buscaremos atrapar tan naturalmente, otra vez.

Sólo cinco años. Admiraba y contemplaba todo lo que me rodeaba. La escarcha sobre los techos de chapa, el despertar de los pájaros, el sol que se filtraba entre las ramas de los árboles dibujando esos redondeles de luz en las paredes o en el empedrado de la calle. El olor a día nuevo… la vida, sus pasos por toda la casa, sus voz, su canto y ese olor a amor inolvidable. Ella fue y es el faro de mi vida.

1 comentario:

  1. Es tan Bello Graciela!!! con razón tu mirada... refleja y transmite tan Inmenso Recuerdo, está allí, en tus ojos lo eterno, como un cristal transparente... que nos permite entrar el Él, Gracias.
    un gran abrazo Alas!

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